Puede que hoy no te sientas del todo cómodo donde estás.
Quizás buscás nuevos desafíos, un equipo distinto, contacto con otras áreas, crecer, aprender o poner en valor un máster que estás cursando o que recién terminaste.

 ¡Aplaudo esa actitud curiosa, inquieta y pujante!
Y te invito a explorar tus posibilidades internas antes de buscar un cambio en otro lugar.

¿Por qué?
Porque muchas veces creemos que el crecimiento solo ocurre moviéndonos hacia otro entorno, y no consideramos el valor de lo que ya construimos.
En tu organización hay personas que te conocen, confían en vos y ya apostaron por tu desarrollo.
Aprovechar esas oportunidades te da una ventaja real frente a quienes llegan desde cero.

Además, los movimientos internos pueden tener un enorme potencial: te permiten aportar una mirada nueva a otros equipos, conectar áreas, crear redes y sumar valor desde otro rol o perspectiva.

No se trata de limitar tus opciones, sino de evaluar si ya exprimiste al máximo tu contexto actual.
Conocés la cultura, los desafíos, las personas y el negocio: eso no es menor.

¿Ya compartiste tus ganas de nuevos retos?
Muchas veces no nos consideran porque nadie sabe que estamos abiertos a cambiar.
Conversá con tus pares, colegas de otras áreas o incluso con tu jefe si hay confianza.
Si tenés un mentor o alguien que te acompañe en tu carrera, invitale un café y contale tus planes.

Explorá primero los espacios más cercanos.
Y si después de hacerlo sentís que el crecimiento está en otro lugar, salí a buscarlo sabiendo que ya aprovechaste al máximo las oportunidades que tenías a mano.